El director Daniel de la Vega se presentó en el Auditorio de la Cómic Con Argentina y compartió anécdotas de su infancia influenciada por la televisión y el cine y su camino hacia la dirección.

También relató sus experiencias y puntos de vista sobre hacer cine de género en Argentina, desde sus inicios hasta los desafíos actuales. Conocido como un director que "allanó el terreno" para el cine de terror argentino de calidad y exportación, de la Vega ofreció una mirada profunda a su carrera y al futuro de la industria.

-¿Cómo fue empezar a hacer cine de género en Argentina en sus inicios, cuando nadie lo hacía?

Antes éramos unos nerds, unos freaks. Ahora somos gente cool. No éramos aceptados y éramos bastante rechazados. El cine estaba como más orientado a una cuestión más cultural o una cuestión de autor. La fantasía de querer hacer el cine de género en un punto era descalificante, te ponía en un lugar de inferioridad frente al resto.

-¿Cuándo surgió el deseo de ser director de cine y cómo lo vivió en aquel contexto?

Recuerdo el momento de vergüenza que me dio en un momento, en un mundo más analógico, donde era más inaccesible el hacer cine. La fantasía de querer ser director de cine era eso, una fantasía. En un mundo analógico, todo era costoso y fantasear con eso implicaba un riesgo. Lo oculté durante muchos años en mi casa porque era muy difícil tener esa aspiración. Me daba un poco de vergüenza pensar que iba a fracasar porque era muy probable.

-¿Cómo fue su paso por la escuela de cine en un ambiente que parecía priorizar otros estilos cinematográficos?

Me acuerdo que también ahí fue un punto de inflexión para mí porque realmente tenía muy claro lo que quería hacer y todos los cortos que hice fueron muy resistidos. Había una subestimación muy grande. Sobrevivíamos. Sí, efectivamente, frente al docente vos lo ocultabas. De hecho, tuve que escribir un guión políticamente correcto para que me aprobara la tesis y después pude filmar lo que quería hacer. Es decir, tuve que mentir.

-Su primera película fue "Jennifer Shadow" con actores de Hollywood. ¿Cómo surgió esa oportunidad a partir de sus cortos?

Hice varios cortos y me terminé armando una suerte de reel y puedo decir algo que la verdad, ahora que lo pienso, en realidad la primera película que dirigí fue Jennifer Shadow, una película con Faye Dunaway que fue producto de esos cortos. Un día me habían citado en la Enerc y me dicen, "Te está buscando un productor". Era el productor de Jennifer Shadow que le habían hablado de esos cortos y literalmente a las dos semanas había firmado el contrato y estábamos firmando la película. Fue como una especie de milagro, así que creo que hay que tener fe a veces.

-Ha dirigido y producido nueve películas. ¿Cuál es su favorita y por qué?

Punto muerto. Representa a ese niño que yo fui, de alguna manera, las vidas que yo veía en un televisor de cuatro canales, el blanco y negro y el universo de Agatha Christie. Es algo que me da muy cercano. Me acerqué a lo fantástico a través de obras a través de Edgar Alan Poe y de alguna manera a Adolfo Bioy Casares.

-Para quienes quizás no han visto sus películas, ¿cuáles tres recomendaría, además de Punto Muerto?

Sin duda Al tercer día, El último hereje. Y creo que diría Los ojos del abismo

-Hablemos de "Los ojos del abismo". ¿De qué trata y cuándo podremos verla?

Es una película de terror en el contexto de la guerra de Malvinas. Hay un barco en el cual despierta una mujer, no recuerda prácticamente nada de qué fue lo que pasó y está rodeada de muertos. Esta mujer es una enfermera que estaba yendo hacia las Malvinas. Algo sucedió y en ese algo que sucedió aparece lo fantástico. Luego veremos que adentro del barco hay algo, va a pasar algo y ese algo tiene que ver con el género de terror. Se filmó efectivamente en un barco de Malvinas. No hay decorados, no hay ningún lugar fantasía. Creemos que dice un montón de cosas válidas para decir hoy en día. La podremos ver pronto. Creo que octubre puede ser una fecha.

-El proceso de hacer una película es largo y complejo. ¿Qué es lo que más disfruta de todo el proceso creativo?

Para mí hacer películas es conectarme con la vida. Cuando no estoy en el hecho creativo, siento que estoy un poco muerto. Necesito estar vinculado. Disfruto todo el proceso mientras haya un hecho creativo en el medio. Me encanta acompañar la película hasta el proceso de postproducción, que es el último momento donde vos reescribís la historia, el último momento que reescribís el guion. Una vez que entregás el máster, ya no tengo control.

-¿Cómo maneja los contratiempos y situaciones inesperadas que siempre surgen durante un rodaje?

No hay una gran respuesta porque en realidad es supervivencia. Creo que uno lo que hace es tomar decisiones. Tenés que enfrentarte situaciones que te exceden completamente. Tenés que tener una cabeza pensada para adaptarte permanentemente. La esencia es entender cuál es el número de planos que soñás hacer, saber que no vas a conseguirlos y conquistar de alguna manera esa posibilidad de fingir que tenés los recursos que no tenés. Tenés que tener la flexibilidad para improvisar sobre la marcha y sin perder el espíritu.

-En la era de la TV Guía, encontrar una película era un descubrimiento. Hoy tenemos acceso a muchísima información previa. ¿Prefiere la sorpresa de antes o la información de ahora al elegir qué ver?

No puedo elegir, no es una opción. Todas las películas las conozco, las sé, o sea, nada me sorprende hoy porque todo está en redes. Tengo que adaptarme a lo que está pasando. Y la realidad es esta, esto va modificando la forma inclusiva de las cosas. Por ejemplo, el tema de que vos tenés que entrar en la historia antes porque ya la gente no tiene paciencia. Todo eso va modificando nuestra nuestra forma de contar historias.

-Si tuviera que elegir entre un buen guión o un buen presupuesto, ¿con qué se quedaría?

Un buen guión. El presupuesto es relativo. Hemos hecho películas de todo tipo. El compromiso es el mismo, el desgaste es el mismo, el dolor es el mismo.

-¿Cómo se relaciona con la inteligencia artificial como herramienta para hacer películas, considerando su rápido avance?

Por ahora a John Connor lo tenemos atado. Yo soy del team Skynet por ahora, hasta que todo cambie. La verdad que hice todos los proyectos que tengo a futuro, todos los guiones que están desarrollados, ya tengo todos los trailers, todos los teasers hechos con inteligencia artificial, lo cual está buenísimo. Pero es una herramienta que en definitiva pone la vara tan alta que después no sé si voy a poder hacer eso. Creo que nos van a dominar tarde o temprano. Creo que hay muchos problemas que se vienen. El futuro lo veo incierto. No soy optimista.

-¿En qué está trabajando actualmente y cómo ve el futuro del cine de género en Argentina, especialmente en relación con el apoyo estatal?

Bueno, por lo pronto poder estrenar la película que hicimos, Los ojos del abismo que en octubre la vamos a poder ver. Tengo muchos proyectos. Nuestra conexión con la cultura hoy está como compleja. Tenemos dificultades con el estado, en definitiva, con el INCAA. Lo que está ocurriendo básicamente es que estamos retrocediendo muchos pasos, estamos volviendo al origen. Vamos a volver a hacer películas que no son en nuestro idioma para un mercado que no es el nuestro porque no estamos encontrando el espacio. Hoy ya al tener un estado ausente en el área de cultura, entendemos que tenemos que encontrar una forma de sobrevivir. Si queremos seguir contando historias tenemos que construir estos caballos de Troya, que es en definitiva disfrazarnos de algo que no somos, llevar nuestro cine a otro territorio. Ahora tengo dos guiones, que los vamos a empezar a producir de la manera que lo sabemos hacer. Es un retroceso muy grande, pero es lo que hay que hacer hoy con las herramientas que tenemos. Buscarle un lugar de seguridad hasta que amaine la tormenta y después podremos volver.

-Finalmente, ¿qué consejo le daría a un joven que sueña con dedicarse a hacer películas, de cualquier género?

Yo lo que puedo decir es que cuando tomé la decisión de que quería dedicarme a hacer esto, me atreví a hacer la pregunta correcta y a responderla, pero no sólo eso, sino asumir responsabilidad sobre esa respuesta. Y creo que eso fue un acto de valentía que agradezco y que condujo a que hoy sea un poco más feliz. Creo que uno puede estar toda la vida tratando de encontrar eso que a uno lo representa, eso que quiere hacer. Vivimos gobernados por el miedo, el miedo de no tener recursos, de no sobrevivir. No me arrepiento ni un segundo de haberme atrevido a tomar esta decisión y tener la valentía de desnudarme frente a una audiencia y demostrar lo que tengo para contar.