El director de cine argentino Demian Rugna, reconocido por sus películas de terror, se presentó en la Cómic Con Argentina donde se abordaron sus inicios creativos, desde sus dibujos y historietas infantiles influenciados por el género, hasta su formación académica y sus primeros trabajos como guionista y director.

Su primer contacto con el horror fue desde muy pequeño. Jugaba a hacer “carnicerías de Playmobil” usando pintura roja como sangre y consideraba a sus juguetes sus actores para recrear escenas violentas, buscando el mayor realismo posible. Estas imágenes de masacres de juguetes quedaron grabadas en su memoria.

Su acercamiento a la narración fue a través de dibujar “remakes” de películas que veía en forma de historieta, incluyendo personajes como Jason y Freddy cuando tenía 10 u 11 años. Posteriormente, estudió dibujo con Horacio Lalia, a quien se refieren como “una leyenda de Argentina y el maestro del terror”, conocido por adaptar obras de Lovecraft. Esta formación en un entorno artístico fuertemente ligado al terror gótico y oscuro reforzó su inclinación por el género y la narración visual. Aunque dejó de dibujar profesionalmente, la historieta lo apasionó toda su vida, pero sentía que sus ideas iban más rápido que sus dibujos, lo que lo llevó a considerar el guión o el storyboard.

Rugna reflexiona sobre la evolución del cine de terror en Argentina y la recepción de su trabajo, especialmente sus éxitos Aterrados y Cuando acecha la maldad, destacando su enfoque en sorprender y, a veces, “maltratar” al espectador. También comenta sobre su reciente incursión en la escritura de novelas y sus futuros proyectos, además de ofrecer su perspectiva sobre la inteligencia artificial en el cine.

En el pasado, el cine de terror en Argentina era considerado algo “raro”. En la época universitaria de Rugna, a principios de los 2000, quienes gustaban del terror se sentían “frikis”, con poca comunidad o merchandising disponible. Financiar una película de terror argentina era muy difícil, al punto de que su primera película como guionista, La muerte sabe tu nombre, tuvo que hacerse en inglés para poder venderla afuera, bajo la creencia de que “nadie quería ver una película de terror argentina”.

Sin embargo, gracias a Demián Rugna y otros, el terror en Argentina ha experimentado un auge sin precedentes, volviéndose masivo y reconocido internacionalmente. Ha abierto la puerta grande al terror para un público más amplio.

La perspectiva de Rugna sobre cómo hacer cine de terror se caracteriza por lo que se describe como “salvajismo cinematográfico”. Él busca sorprender y “maltratar” al espectador, incluso al más experimentado. Su intención no es “cuidar” al público, sino que “lo pasen mal”. Considera que sus películas tienen un sello distintivo donde todo puede pasar, sin importar si el protagonista debe morir o sufrir intensamente. Esta visión se contrapone a las estructuras que, según él, contemplan mucho al público y a la creencia de que hay que ser influenciado por el público masivo para tener éxito comercial.

Sobre la decisión de mostrar la violencia y el horror de forma explícita, como en la famosa escena de la ducha de Aterrados, Rugna señala que fue una elección consciente y natural para él, diferente a enfoques como el de Hitchcock. Aunque reconoce que los productores, estudios o distribuidoras a menudo presionan para bajar muchos decibeles buscando un éxito comercial más amplio, él decidió hacer la escena “muy gore”, sabiendo que la película sería para un público específico que lo iba a pasar mal. Sin embargo, esa decisión audaz le abrió la puerta a todo el resto, llevando al éxito de películas posteriores como Cuando acecha la maldad.

Respecto al presente y futuro del género, el director está a favor de que el género viva y llegue a un público nuevo, incluyendo las nuevas generaciones que quizás no vieron clásicos. Señala que las películas más “mainstream” piensan mucho en este nuevo público. Menciona el concepto de “terror elevado”, definiéndolo como películas con un carácter más autoral, no necesariamente más inteligentes. Le frustra que lo llamen para hacer cosas que no se alinean con su estilo. La posibilidad de hacer cosas audaces desde Argentina, que quizás Hollywood no haría (o ahora sí, tras ver su éxito), es un punto importante para él.

Sobre otras plataformas o medios, Rugna menciona la posibilidad de participar en un proyecto de videojuegos basado en sus historias, aunque preferiría ser sólo escritor debido al tiempo que consume. Respecto a la Inteligencia Artificial, la ve como una herramienta asombrosa para funciones específicas, especialmente para facilitar y abaratar los efectos especiales. Aunque la ha usado para aspectos como la gramática en presentaciones, no la considera necesaria para su proceso de escritura o dirección. Si bien no está en contra, tampoco la promueve activamente.