Con la premisa de ¿qué pasaría si Superman hubiese sido malo?, los productores realizaron “Brightburn, hijo de la oscuridad”, un film de horror que por momentos parece que va a caer en el ridículo, pero es salvado por un sólido guión, unos diálogos adecuados y una trama que no afloja.
Tori y Kyle Breyer son una pareja que vive en una granja y están deseosos de tener un hijo. Una noche su deseo es cumplido. Un meteorito cae del cielo conteniendo a un bebé, aparentemente humano en sus rasgos fisonómicos. El nene crece bien y doce años después comenzarán los problemas.
Digna lectura de la llegada de la pubertad adolescente, donde el pequeño Brandon Breyer comienza a experimentar cambios. Se da cuenta de que tiene una fuerza extrema, de que puede levitar y volar por los alrededores. Pero todo cambia cuando Brandon no perciba compasión en sus actos violentos, los que irán escalando.
Interesante propuesta y vuelta de tuerca de los superhéroes o, mejor dicho, archivillanos, en este film que coquetea con parecer de clase B, aunque no lo sea.
“Brightburn: Hijo de la Oscuridad” es un grato pasatiempo de horror que gustará a los fans del género.
“BRIGHTBURN: HIJO DE LA OSCURIDAD”
Dirección: David Yarovesky
Protagonistas: Elizabeth Banks, David Denman, Jackson A. Dunn.
Duración: 90 minutos
JUAN PABLO ROUSSEAUX - jpr@labutaca.com.ar | @jeanpaulcine