Lucas y Gilda son dos hermanos que viajan a una desértica ciudad costera para cumplir con los
deseos de su madre muerta. En la casa ninguno quiere pasar la noche en el dormitorio y ni por
asomo entrar en el baño.
Mientras Lucas está obsesionado con su cuerpo y entrena como loco, su hermana se inclina hacia el misticismo de las cartas del tarot, las piedras energéticas y otras yerbas. Inesperadamente, ambos quedarán varados en la ciudad por un paro de transporte.
El hecho de no poder volver a sus vidas y continuar en la casa donde murió su madre, es el centro de esta soberbia comedia dramática con tintes oníricos que Mateo Bendesky escribió y dirigió con superlativo talento.
Original por donde se la mire, el guión va construyendo la narración aportando pocos datos que van apareciendo a medida que la trama avanza dándole coherencia a todo. La relación de los hermanos, el por qué dejaron de vivir en la costa con su madre y las vicisitudes que pasaron en su reciente pasado, se van vislumbrando a la perfección como por un mecanismo de relojería. A esto se suman personajes secundarios que van delineando a su vez a los protagonistas, sus gustos, sus obsesiones y sus secretos que terminarán por revelarse.
Muy bien llevada la relación de amor/odio entre hermanos, con todos los entretelones que la
magnifican, la película brinda un realismo cristalino. Esto a su vez se pondera por las estupendas actuaciones de Tomás Wicz y Laila Maltz como los hermanos.
“Los Miembros de la Familia” es una fresca y original película argentina que entretiene y gratifica de principio a fin, como también un llamado de atención al espectador para futuras apariciones de la dupla actoral y la creatividad de Mateo Bendesky.
Dirección: Mateo Bendesky
Protagonistas: Tomás Wicz, Laila Maltz, Alejandro Russek.
Duración: 85 minutos
JUAN PABLO ROUSSEAUX - jpr@labutaca.com.ar | @jeanpaulcine