Marcos y su familia son puesteros de una estancia. Mientras el padre y el hermano hacen las tareas más pesadas, Marcos descubre su sexualidad. Él prefiere quedarse en la casa junto a su madre, mientras ella elige polleras para comprarse y el joven sólo puede desearlas. La repentina muerte del padre deja a la familia en una situación vulnerable. El patrón del campo los presiona para que se vayan y la madre, a su vez, presiona a Marcos para que se ocupe del campo.
Apodado Marilyn por otros muchachos del pueblo, es objeto, tanto de deseo como de discriminación. Sin poder encontrar un lugar en el mundo, Marcos se verá confrontado a la imposibilidad de ser quien quiere ser.
“Marilyn” es una muy buena película sobre la elección sexual, que refleja las dificultades que para muchos acarrea esa decisión y cómo esto último puede provocar una tragedia. Walter Rodríguez recrea muy bien a esta Marilyn que en los únicos momentos que sonríe es cuando puede “ser mujer”, ya sea con su vestido bailando en el carnaval o junto a un muchacho que lo presenta a su familia “de mente abierta”.
La película se filmó en Cañuelas, Provincia de Buenos Aires y cuenta con el protagónico de Walter Rodríguez, en su debut cinematográfico y se suman al elenco la actriz chilena Catalina Saavedra, conocida por su papel en la película “La Nana”, y los actores Germán de Silva, Ignacio Giménez, Andrew Bargsted, entre otros.
El filme está basado en hechos reales ocurridos en 2009, cuando Marcelo “Marilyn” Bernasconi asesinó a su madre y a su hermano en Oliden, Provincia de Buenos Aires.
Martín Rodríguez Redondo se enteró del hecho “por el diario y la televisión. En el año 2009 el caso de Marilyn estaba en las secciones policiales de los medios argentinos. Desde ese momento me interesé y logré entrevistarme con su abogado, y más tarde con él, el protagonista del caso real. Y digo él porque era el año 2010 y en ese entonces aún no había decidido cambiar de género y se refería a sí mismo como varón”.
Al director no le interesaba contar “su proceso de transformación o su decisión. Para mí lo importante de la película no estaba ahí. Quería retratar el personaje de Marcos como alguien que hace, que lleva adelante su propio deseo, decidido y desprejuiciado. Es un personaje que nos sorprende, y quería retratar así su personalidad impulsiva e incluso imprevisible. La idea era estar cerca del personaje, con la cámara muy cerca de su rostro, pero al mismo tiempo sin poder leer inmediatamente lo que piensa o siente Marcos. Por otro lado, nos pareció importante que lo trans no quedara vinculado a lo perverso… Desde `Psicosis´ hasta `El silencio de los inocentes´ hay una idea instalada sobre esa relación entre transexualidad y perversión. Por eso, desde el principio de la escritura del guión, con mi primera co-guionista Mariana Docampo, que está involucrada en proyectos queer y feministas, teníamos claro que queríamos evitar ese cliché”.
“Nunca quise ser fiel al pie de la letra con el caso real, pero lo que me interesó desde un principio era este acorralamiento de la familia por parte del patrón, y a su vez el acorralamiento que sufría Marcos por parte de su familia y del pueblo. Me interesan los personajes que se salen de la norma, y que ante esa desviación su entorno realiza esfuerzos violentos para reencauzarlos. El cuerpo de Marcos hace ruido e incomoda en el mundo heterosexual del campo”, puntualizó Rodríguez Redondo.